Bueno aquí estamos otra vez, con todo y nada que decir, creo que voy a escribir este blog una vez por semana, o dos, según la urgencia de lo que tenga que decir.
Ya llegaron las primeras lluvias de la temporada, se acabo el verano, la playa, la ropa ligera, las terracitas, el tiempo de ocio, la siesta sudorosa y las ensaladas.
Cuanto cuento en tan pocas lineas. El verano es realmente un estado de animo, uno puede ser veraniego todo el año, siempre que el espiritu estival te acompañe, por dentro claro, pues por fuera, nos azotará el viento helado y abrigaremos nuestros cuerpos y nos apretaremos un poquito más los unos a los otros.
Empiezan las nuevas temporadas de todo, pero de todo todo, a saber: Programas de televisión, futbol, moda, clases, trabajo, se escojen diferentes destinos turisticos, vamos nos cambia la vida radilcalmente.
Yo soy uno de los que en cuanto le dicen "Ya es otoño", oye que me cambia el chip y me "otoñizo", quiza no en la ropa, pero si dejo de ir a la playa, aunque en la calle el calor sea de agosto.
Pero tambien me otoñizo, por dentro, dejo que caigan las hojas sueltas, que se empeñan en quedarse ahí, colgadas del corazón, esas hojas que me han acompañado y que una vez fueron brotes frescos, pero con el pasar de los meses se volvieron resecas y doradas, hojas, que caen para no volver a ser.
De todas maneras, siempre entendí el otoño como la estación de la limpieza, la de sacar la basura y tirarla, limpiar el alma y el corazón y por supuesto la mente.
Llega el tiempo de prepararse, para terminar el año, dejando atras, eso si, lo que hay que dejar atras, y, aferrando muy muy fuerte, lo que de verdad nos importa.
Es la epoca de la melancolía, pero la buena, la pura, la perfecta, la melancolía que a los seres humanos nos gusta tener, la epoca de las bufandas, el fuego encendido, el repicar de la lluvia en los cristales, el pasear por los parques, sintiendo en la nariz, ese perfume a tierra mojada, y, en los labios, el calor de quien te ama y amas.
En fin, y, para terminar, que este otño nos renueve, nos recupere, nos reinterprete, nos sane y a seguir viviendo, porque lo que importa al fin y al cabo es vivir.
FELIZ OTOÑO
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